Las noticias sobre la conservación del medio ambiente
no son muy alentadoras, los compromisos
contraídos por los países para detener el cambio climático y la
destrucción del ambiente no han impedido que el mundo siga por un camino
insostenible, así lo señala un informe divulgado el 7 de junio por el Programa de las Naciones
Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Las últimas cumbres sobre el cambio
climático han alcanzado pírricos resultados, donde se ha impuesto el modelo
capitalista del consumismo. El informe de la Naciones Unidas insiste y alertó que el crecimiento de la población, la
urbanización y el consumo asestarán un daño irreversible al planeta, a su vez
que llamó a acordar de manera urgente nuevas metas para proteger al medio
ambiente.
Las noticias sobre la conservación del medio ambiente
no son muy alentadoras, los compromisos
contraídos por los países para detener el cambio climático y la destrucción del ambiente no han impedido que el mundo siga por un camino
insostenible, así lo señala un informe divulgado el 7 de junio por el Programa de las NacionesUnidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Las últimas cumbres sobre el cambio
climático han alcanzado pírricos resultados, donde se ha impuesto el modelo
capitalista del consumismo. El informe de la Naciones Unidas insiste y alertó que el crecimiento de la población, la
urbanización y el consumo asestarán un daño irreversible al planeta, a su vez
que llamó a acordar de manera urgente nuevas metas para proteger al medio
ambiente.
De los 90
compromisos adquiridos por los países hace 20 años, sólo en cuatro hay avances.
Los Expertos dicen que sin medidas drásticas, en 2020 ya habrá cambios
irreversibles en la biosfera.
Existen más de 500 metas y objetivos acordados
internacionalmente de apoyo a la gestión sustentable del medio ambiente y de
promoción al bienestar humano, asegura la ONU; porque paralelo a estas metas
existen políticas que tratan de imponer las potencias mundiales agrupadas en el
G8.
Las
advertencias incluidas en el informe Panorama Ambiental Global 5 (GEO-5), es el
aporte de 300 especialistas de todo el mundo, estamos a pocos días de comenzar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible Río+20 que
reunirá a más de un centenar de jefes de Estado y de Gobierno en Río de
Janeiro. El encuentro entre el 20 y 22 de junio, que
convocará a más de 50.000 participantes de gobiernos, empresas y grupos
ambientales y de presión, es un intento por fijar nuevas metas en torno a siete
temas centrales, como la seguridad alimentaria, el agua y la energía. En esta
cumbre se darán cita los
mandatarios del mundo para analizar los compromisos medioambientales que
pactaron hace 20 años en la Cumbre de la Tierra, el Programa de Naciones Unidas
para el Medio Ambiente (Pnuma) Los informes de todos científicos llegan a la misma conclusión: el
planeta se acerca peligrosamente a un daño medioambiental irreversible.
En dicho informe
los expertos se centraron en 90 de las metas y objetivos más importantes
acordados internacionalmente y concluyen que, pese a esos compromisos, sólo se
registraron avances significativos en cuatro, algunos avances en 40, pocos
avances en 24 y empeoramiento en ocho. Estos números y conclusiones nos indican
que las cosas no van por muy buen camino. Se necesita más compromiso y más
voluntad política de los países y de la ONU. Las únicas áreas con avances
importantes fueron la eliminación de la producción y el uso de sustancias que
destruyen la capa de ozono, la eliminación del uso de plomo en los
combustibles, el acceso creciente a fuentes mejoradas de agua y el aumento de
los estudios para reducir la contaminación del ambiente marino.
Avances
relativos fueron constatados en la expansión de las áreas naturales protegidas,
que equivalen al 13 por ciento de la superficie terrestre, y en los esfuerzos
para reducir la deforestación.
Poco o ningún
avance fue verificado en metas como la protección de las reservas pesqueras y
el freno a la desertificación, mientras que hubo un empeoramiento en objetivos
como la conservación de los arrecifes coralinos.
En el informe
Panorama Ambiental Global 5, divulgado por PNUMA, 300 especialistas del mundo
revisaron el nivel de cumplimiento de las 90 metas medioambientales impuestas
en 1992. La conclusión: los avances son escasos, lo que ha implicado que el
planeta esté hoy al borde de alcanzar a su límite sostenible. No es todo: si la
humanidad no cambia sus hábitos radicalmente, llegará a un punto de inflexión
que comenzará a manifestar sus primeros cambios irreversibles en 2020, así lo
expresó Nick Nuttal, del Pnuma.
Nuttal dice que
los ejemplos sobran: “Los gobiernos gastan US$ 17 mil millones subsidiando la
pesca industrial, que es una cantidad desmedida, considerando la cantidad de
recursos que hay en el mar. Hay que frenar esa sobreexplotación”, dice. Otro
dato: Un 12% de la biodiversidad del mundo se ha perdido en 20 años y en los
trópicos, ésta llega al 30% Lo anterior, dice, no sólo generará cambios
genéticos en las especies, sino que producirá efectos en el desarrollo de
industrias como la alimentaria y farmacéutica, que extraen gran parte de sus
recursos de allí. De hecho, el informe dice que en los últimos cinco años no
hay cambios ni en reducción ni en gravedad en cantidad de nitrógeno lanzado a
la atmósfera, cambio climático y amenaza del 20% de los vertebrados.
Para los
especialistas del Pnuma, en algunas áreas el agotamiento de los recursos
naturales ya superó límites que se consideran irreversibles, como el colapso de
los ecosistemas estuarios por la eutrofización, el deshielo del Ártico y el
deshielo de los glaciares por el calentamiento global.
El informe
también señala otros recursos con límites próximos a ser alcanzados o fenómenos
difíciles de revertir, como la pérdida de biodiversidad, con 20 por ciento de
los vertebrados amenazados, el nitrógeno lanzado al ambiente y el cambio
climático.
Los actuales modelos sugieren que las
emisiones de gases de efecto invernadero podrían duplicarse durante los
próximos 50 años, provocando un alza de la temperatura global de 3
grados centígrados o más para fines de este siglo.
La mayoría de los efectos se sentirán en muchos países en desarrollo, especialmente en África y Asia, donde el crecimiento de la población y del consumo está poniendo presión sobre los recursos naturales, dijo el informe.
"Los
cambios observados actualmente en el sistema de la Tierra no tienen precedentes
en la historia humana. Los esfuerzos para desacelerar el ritmo o el tamaño de
los cambios tuvieron resultados modestos pero no lograron revertir los cambios
ambientales adversos", asegura el informe.
"Pero si
los actuales niveles de producción y consumo de recursos naturales mantienen su
actual tendencia o no pueden ser revertidos, los gobiernos necesitarán
administrar niveles sin precedentes de daños y degradación", aseguró el
subsecretario general de la ONU y director ejecutivo del Pnuma, Achim Steiner. Conforme el mundo se encamina a tener 9.000 millones de habitantes para
el 2050 y a medida que la economía global consume cada vez más recursos
naturales.
Paralelo al
informe del Pnuma, la revista científica Nature dedicó su edición al tema,
donde 22 investigadores de todo el mundo, entre ellos chilenos, advierten que
el crecimiento demográfico, la destrucción generalizada de los ecosistemas y el
cambio climático pueden conducir la Tierra hacia un cambio irreversible en la
biosfera. La investigación explica que este escenario tendría su punto de
inflexión en la cantidad de superficie terrestre intervenida para uso urbano o
agrícola, la que actualmente, con una población de siete mil millones de
personas, alcanza alrededor del 43% de la superficie planetaria. Las
proyecciones indican que hacia el año 2045, ésta aumentará 9 mil millones,
empezando a verse estos efectos en el medioambiente a partir de 2025. “Creo que
si queremos evitarlo, debemos intentar
que la cifra de ocupación de superficie terrestre se mantenga alejada de la
marca de 50%”, dijo Anthony Barnosky, de la U. de California, Berkeley.
La ONU debe
revisar su política para detener el
cambio climático y la destrucción del ambiente, vivimos de informe en informe y
en cada nuevo informe es vez más patética la situación, no se cumplen y los
compromisos y la mayoría de los problemas ambientales se agravan. Vivimos de
cumbre en cumbre, mas del
2000 al 2010, llamada la década perdida, esos años se celebraron 13 cumbres. A
pesar de este importante número de convocatorias, donde el Cambio Climático fue
una “verdad incomoda, el club de los países contaminantes, “eficientemente” si
logró ponerse de acuerdo, pero solo entre ellos, para bloquear todas las
iniciativas mundiales y no permitir avanzar ninguna resolución obligante y
coordinada contra el calentamiento global. Unas de las cumbre con mayor
notoriedad se realizo en Copenhague- Tanto esfuerzo perdido, tanta retorica,
la politiquería y el capitalismo agreden a nuestro planeta, en esa cumbre
presenciamos a muchos jefes de estados y ministro de muchos países con sus
dobles discursos, Cuales fueron los resultados de la Cumbre, hay esperanza de salvar nuestro hogar, el planeta tierra.
Ninguno, solo el lucro, el aprovechamiento de sus riquezas naturales. Ni los americanos, ni los chinos, los
canadiense y la unión europea hablaron claros. Nadie quiere a nuestro planeta.
Sobre la economía verde
Bajo este título que
puede parecer un intento de reconciliar la economía con la naturaleza se
esconde el engaño más grande que ha diseñado por el capitalismo. El cambio
climático tema sobre el que se ha tomado conciencia en todo el mundo, está
siendo utilizado como un caballito de batalla para la producción de miedo
globalizado. Ante la necesidad de actuar frente al panorama de desastre
anunciado, aparece el capitalismo con una solución salvadora “la economía
verde”. El capitalismo verde se asienta sobre un nuevo pacto colonial, que
pretende extender el capitalismo en lo económico, social y lo ambiental, que
asume a la naturaleza como un “capital” productor de bienes y servicios
ambientales transables y con esta propuesta transferir la responsabilidad de la
crisis climática a los países del Sur Se trata de privatizar los servicios que
brinda hasta ahora la naturaleza en forma “gratuita”. La economía verde es un
intento de ampliar el alcance del capital financiero y la integración en el
mercado de todo lo que queda de la naturaleza poniéndole un “precio” a la
biomasa, la biodiversidad y las funciones de los ecosistemas – como el
almacenamiento de carbono, polinización de los cultivos, o el filtrado del agua
– con el fin de integrar a estos “servicios” como unidades comercializables en
el mercado financiero. Todo apunta a que en la Cumbre de Río +20 existirán
fuertes presiones para despejar el camino a las empresas para legitimar sus
prácticas de apropiación de los recursos naturales.( Fuente: www.trabajoyambiente.com.ar/)
La “economía verde”, al contrario de lo que
pretende sugerir su nombre, es otra fase del proceso de acumulación
capitalista. Nada en la “economía verde” cuestiona o sustituye la economía
basada en el extractivismo y los combustibles fósiles, ni sus patrones de
consumo y producción industrial, sino que extiende la economía explotadora de
la gente y el ambiente a nuevos ámbitos, alimentando el mito de que es posible
un crecimiento económico infinito.
El fallido modelo económico, ahora disfrazado de
verde, pretende someter todos los ciclos vitales de la naturaleza a las reglas
del mercado y al dominio de la tecnología, la privatización y mercantilización
de la naturaleza y sus funciones, así como de los conocimientos tradicionales,
aumentando los mercados financieros especulativos a través de mercados de
carbono, de servicios ambientales, de compensaciones por biodiversidad y el
mecanismo REDD+ (Reducción de emisiones por deforestación evitada y degradación
de bosques). (Informe del Grupo de articulación
internacional de la Cumbre de los Pueblos por Justicia Social y Ambiental)
Muy interesante lo plantado por Frei Betto, Teólogo brasileño y uno de los máximos exponentes de la
Teología de la Liberación en su artículo titulado “Mercado de carbono, venta de servicios ambientales.
Se vende la naturaleza”
“…En vísperas de Rio+20 es imprescindible
denunciar la nueva ofensiva del capitalismo neoliberal: la mercantilización de
la naturaleza. Ya existe el mercado de carbono, establecido por el Protocolo de
Kyoto (1997), el cual determina que los países desarrollados, principales
contaminadores, reduzcan sus emisiones de gases de efecto estufa en un 5.2 %.Reducir el volumen de veneno vomitado por esos países a la atmósfera implica reducir las ganancias. Por eso se inventó el crédito del carbono. Una tonelada de dióxido de carbono (CO2) equivale a un crédito de carbono. El país rico o sus empresas, al sobrepasar el límite de contaminación permitida, compra el crédito del país pobre o de sus empresas que todavía no alcanzaron sus respectivos límites de emisión de CO2 y de este modo queda autorizado a emitir gases de efecto estufa. El valor de ese permiso debe ser inferior a la multa que el país rico pagaría, en el caso de que sobrepasara su límite de emisión de CO2.
Pero surge ahora una nueva propuesta: la venta de servicios ambientales.
Léase: apropiación y mercantilización de las selvas tropicales, bosques plantados (sembrados por el ser humano) y ecosistemas. Debido a la crisis financiera que afecta a los países desarrollados el capital anda buscando nuevas fuentes de lucro. Al capital industrial (producción) y al capital financiero (especulación) se le suma ahora el capital natural (apropiación de la naturaleza), conocido también como economía verde.
La diferencia de los servicios ambientales es que no son prestados por una persona o empresa, sino ofrecidos, gratuitamente, por la naturaleza: agua, alimentos, plantas medicinales, carbono (su absorción y almacenamiento), minerales, madera, etc. La propuesta es poner un basta a dicha gratuidad. En la lógica capitalista el valor de cambio de un bien está por encima de su valor de uso. Por lo cual los bienes naturales deben tener”…
Conocer el estado de nuestro medio ambiente en
constante evolución
1. Los cambios ambientales que han recorrido
el planeta en los últimos 20 años se reseñan en un informe del PNUMA titulado Keeping Track of our ChangingEnvironment: from Rio to Rio+20(1992–2012), que se publicó en octubre de 2011 como parte de GEO-5. En ese informe se ofrece, a través de datos,
gráficos e imágenes obtenidas por satélite, amplia información sobre cuestiones
tan importantes como las siguientes:
a) Población:
i) La población del mundo ha llegado a los
7.000 millones, la población urbana ha crecido un 45% desde 1992 y, aún así, el
número de habitantes de barrios marginales ha descendido del 46% en 1990 a una
tercera parte en 2010 gracias a las mejoras en la vivienda y el saneamiento;
ii) El número de megaciudades, ciudades con
una población superior a diez millones de habitantes, ha pasado de diez en 1992
a 21 en 2010 – un aumento del 110%;
iii) A nivel mundial, 1.400 millones de
personas carecen de acceso a un suministro fiable de electricidad o una
conexión a la red eléctrica;
b) Cambio climático:
i) Las emisiones globales de dióxido de
carbono siguen creciendo como resultado del aumento de la utilización de
combustibles fósiles, y el 80% provienen de tan solo 19 países;
ii) La cantidad de dióxido de carbono emitido
por cada dólar del PIB se ha reducido un 23% desde 1992, lo que indica que se
está produciendo una cierta desvinculación entre el crecimiento económico y la
utilización de los recursos;
iii) Casi todos los glaciares de montaña de todo
el mundo están retrocediendo y adelgazándose, lo que tiene graves efectos en el
medio ambiente y el bienestar de las personas;
iv) La reducción de los glaciares no solo
afecta al nivel del mar, sino que también amenaza el bienestar de cerca de una
sexta parte de la población del mundo;
v) El nivel del mar ha venido creciendo a un
promedio de 2,5 mm al año desde 1992;
c) Energía:
i) En el informe, en el que se hace un
seguimiento de las tendencias en lo que se refiere a la energía desde 1992, se
estima que la contribución de las energías renovables (incluida la derivada de
la biomasa) a la producción mundial de energía alcanzó el 16% en 2010;
ii) Las energías solar y eólica supusieron
tan solo el 0,3% de la producción de energía en todo el mundo. Del reconocimiento cada vez más claro de la
necesidad de adoptar soluciones energéticas con un bajo consumo de carbono y
que conlleven un consumo eficiente de recursos da fe el incremento del 540% en
la inversión en fuentes sostenibles de energía entre 2004 y 2010;
iii) Gracias al descenso del precio de las
tecnologías y a la adopción de nuevas políticas, el crecimiento de la
utilización del biodiesel como fuente energética renovable ha aumentado un
300.000%, el uso de la energía solar ha aumentado cerca del 30.000%, el de la
energía eólica el 6.000% y el de los biocombustibles un 3.500%;
d) Eficiencia en el consumo de recursos: la utilización de recursos naturales en todo
el mundo creció más del 40% entre 1992 y 2005.
En el informe se advierte de que, a menos que se adopten rápidamente
medidas concertadas para poner coto al agotamiento de los recursos y
desvincular el consumo de recursos del crecimiento económico, la actividad
humana puede destruir el propio medio ambiente que sirve de base a las
economías y mantiene la vida;
e) Bosques:
i) A pesar de la reforestación neta que
puede observarse en Europa, América del Norte y Asia y el Pacífico, la continua
pérdida de cobertura forestal en África y América Latina y el Caribe ha hecho
que la superficie del mundo cubierta de bosques se haya reducido en 300
millones de hectáreas desde 1990;
ii) El aumento del 20% anual del número de
bosques que reciben certificados por la utilización de prácticas forestales
sostenibles demuestra que los consumidores están influyendo en la producción
maderera. Con todo, tan solo el 10% de
los bosques del mundo son objeto de una gestión sostenible certificada;
iii) Un porcentaje creciente de los bosques del
mundo son de nueva plantación, y la superficie de esos bosques equivale
actualmente a la de la República Unida de Tanzanía;
f) Seguridad alimentaria y uso de
la tierra:
i) La producción de alimentos ha crecido un
45% desde 1992. Ese aumento del
rendimiento depende en gran medida del uso de fertilizantes que, además de
enriquecer el suelo y mejorar su fertilidad, tienen efectos negativos en el
medio ambiente y causan problemas como la proliferación puntual de algas en
aguas marinas e interiores;
ii) La superficie de tierra que se utiliza
para los cultivos orgánicos crece a una tasa del 13% anual;
iii) El mundo alcanzará, o incluso superará, la
meta establecida en los Objetivos de Desarrollo del Milenio en relación con el
agua potable, lo que indica que en 2015, cerca del 90% de la población de
las regiones en desarrollo tendrá acceso a un mejor abastecimiento de agua
potable, en comparación con el 77% que contaba con ese servicio en 1990.
2. En el informe se indica también que el
establecimiento de metas en la esfera del medio ambiente funciona mejor cuando
las cuestiones están bien definidas, como la eliminación gradual de la gasolina
con plomo o de las sustancias destructoras del ozono. En el Protocolo de Montreal relativo a las
sustancias que agotan la capa de ozono, por ejemplo, se fijaron metas
obligatorias para eliminar gradualmente las sustancias contaminantes que
estaban dañando la capa de ozono que protege el planeta.
3. Más del 90% de todas las sustancias
destructoras del ozono contempladas en el tratado se eliminaron gradualmente
entre 1992 y 2009. De forma similar, tan
solo un pequeño número de países utilizan todavía gasolina con plomo, e incluso
esos países tienen previsto dejar de hacerlo en un plazo de uno o dos años.
4. Otros datos indican que el 13% de la
superficie terrestre del planeta, el 7% de sus aguas costeras y el 1,4% de sus
océanos están constituidos por zonas protegidas. Crece la preocupación, sin embargo, por el
hecho de que los océanos se están acidificando, al haber pasado su pH de 8,11
en 1992 a 8,06 en 2007. Eso podría
tener importantes consecuencias para los organismos marinos, ya que podría
alterar la distribución de especies y perturbar las cadenas alimentarias
marinas y suponer un deterioro para la pesca y el turismo.
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