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domingo, 6 de abril de 2014

INDEPENDENCIA Y SOBERANIA ALIMENTARIA

A veces el fanatismo ciega la razón y no logramos ver ni entender la realidad, repetimos incansablemente frases y cliché que quieren escuchar los oídos del príncipe. El fanatismo celebra los errores y fracaso y sobredimensiona los éxitos. Esto lo digo, porque el fanatismo es fatal para la buena marcha del cualquier proyecto, sea político, económico, social, etc. En este error se ha incurrido con el gobierno nacional, que se ha dejado llevar por consignas y canticos, después vienen los lamentos cuando la realidad es inocultable. En muchas ocasiones se reconoció a medias que las cosas nos marchaban bien y de ahí los fallidos llamados del presidente Chávez a la aplicación del proceso de las 3 R, causa que el también olvido, porque si la llevaban a la práctica se quedaba solo con tanto infiltrados y quintas columnas. Es terrible el grave problema económico que tenemos en el país, para no hablar de otro sector; un control cambiario que con las devaluaciones está beneficiando a los capitales especulativos y a los nuevos ricos. Actualmente el dólar tiene con cuatro valores, el dólar oficial, el SICAD I, el SICAD II y el dólar paralelo.


No tenemos Soberanía ni seguridad alimentaria, el desabastecimiento de alimentos y productos de primera necesidad  ronda el 30%, es notable y muy sentida por los venezolanos la pérdida del poder adquisitivo del salario, ocasionando un deterioro en el nivel de vida. El Salario Mínimo Nacional está en  3270 bolívares y la canasta alimentaria básica para el mes de febrero se ubicó en Bs 8.940, 93, por lo que se necesitan 3 salarios mínimos para cubrir su adquisición. Más  a todas estas calamidades hay que agregar que terminamos el año 2013 con la mayor inflación del mundo. Nuestro país cerró el año con una inflación acumulada de 56,2% según las cifras del Banco Central deVenezuela (BCV). Pero de acuerdos a otros indicadores y la realidad de las amas de casas y de los venezolanos que compramos en los supermercados, mercados periféricos y buhoneros especuladores, la inflación fue mayor y adquirieron los productos de bienes y servicios a mayores precios.
Según estadísticas difundida por la FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación, indica que los precios de los alimentos en Venezuela se incrementaron en 74,5%; con una inflación general de 57,4% en un año de febrero de 2013 a febrero de 2014.

Venezuela es deficitaria en alimentos, por tal motivo la soberanía alimentaria no es solamente una aspiración legal, sino una necesidad en una coyuntura donde esta carencia les genera una debilidad ante los países desarrollados y los organismos multilaterales.
Según la FAO, varios países latinoamericanos aprobaron leyes de seguridad y soberanía alimentaria. Venezuela en el 2008 aprobó la Ley Orgánica de Seguridad y Soberanía Agroalimentaria, que tiene por objeto “garantizar la seguridad y soberanía agroalimentaria, en concordancia con los lineamientos, principios y fines constitucionales y legales en materia de seguridad y defensa integral de la Nación, sin perjuicio de las disposiciones contenidas en la ley que regula las tierras y el desarrollo agrario”
Asimismo, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela plantea dos componentes básicos entre los derechos irrenunciables de la Nación enunciados en el Artículo 1°, como son la soberanía y la seguridad agroalimentaria. Señala la Exposición de Motivos del texto constitucional lo siguiente:
 “La actividad de producción de alimentos queda establecida como esencial para el país, consagrándose el principio de la seguridad alimentaria en función del acceso oportuno y permanente de alimentos por parte de los consumidores.”
Nuestro país económicamente depende primordialmente de la renta petrolera, de las productos que exportamos el petróleo constituye el 96.4%, esto ha ocasionado que se hayan descuidado otros sectores importantes como el agroalimentario, ahora nos enfrentamos a una crisis en dicho sector que se ha evidenciado en el desabastecimiento  de una gran cantidad de alimentos de la cesta básica.
El gobierno en materia económica debe revisarse, más en lo que tiene que ver con el sector agroalimentario que prácticamente han abandonado la producción para convertir al país en un importador de alimentos, en una agricultura de puertos. Hay que incentivar la producción nacional, desarrollando la capacidad interna, el gobierno debe incrementar la inversión productiva en la agricultura y de manera específica en lo referente al riego, saneamiento de tierras y vialidad rural. Con acciones como esas entre muchas otras se pretende mejorar la calidad de vida de los campesinos, ya que su labor representa el ícono de algo tan vital para el desarrollo de un país como lo es la garantizar la soberanía alimentaria a su población.
En los últimos quince años han pasado por el Ministerio para  Agricultura y Tierras, nueve ministros y dos que han repetido. La mayoría con gestiones grises y pocos éxitos y corresponsable del desastre agroalimentario.
Olvidándose del Texto Constitucional,  según lo dispuesto en la Constitución Nacional (1999) en su artículo N 305 que el Estado promoverá la agricultura sustentable como base estratégica del desarrollo rural integral a fin de garantizar la seguridad alimentaria de la población.
En Venezuela, no ha sido posible garantizar sino a través de importaciones el abastecimiento de los alimentos hasta de primera necesidad, tal realidad se agrava aún más cuando a esos alimentos importados no tiene acceso toda la población del país, debido a sus elevados precios. Por lo tanto, no es posible hablar de seguridad ni de soberanía alimentaria, entendiendo que el concepto de soberanía es más amplio que el de seguridad, puesto que implica más que garantizar a la población el acceso, intercambio y distribución equitativa de los alimentos, el dominio por parte del país de la capacidad de producción y distribución de un conjunto de alimentos básicos (PROVEA, 2001-2002).
Desafortunadamente, se ha esperado que la crisis se agudice para emprender acciones que permitan enfrentarla con la esperanza de poder superarla, aunque se conoce que tal fin de alcanzarse será de mediano a largo plazo y debe ser producto de la educación de la población sin distinciones políticas.
A pesar de las acciones emprendidas por el gobierno nacional, el sector agroalimentario aun presenta diversos problemas que van desde las actividades del campo hasta la distribución de los productos finales a lo largo y ancho de nuestro territorio, lo cual frena el desarrollo competitivo del sector.
Actualmente en Venezuela se deben enfrenar situaciones poco favorables como: a) un marco legal en constante cambio, lo cual genera inseguridad a presentes y futuros o posibles inversionistas; b) una crisis eléctrica que repercute en los niveles de producción y disminuye la eficiencia de las operaciones, c) fuertes controles de precios de los alimentos de la cesta básica, d) amenazas constantes de expropiación de tierras y establecimientos, y e) descontento y desconfianza por una parte importante de la población en relación con las medidas empleadas por el gobierno nacional.
Situaciones como las anteriormente mencionadas permiten comprender porque la producción nacional actual no satisface la demanda, razón por la cual las importaciones aun predominan en el sector. A partir de lo anterior no podemos decir que hemos logrado la soberanía alimentaria en Venezuela, ni siquiera se puede afirmar con certeza que contamos con seguridad alimentaria.
Según lo publicado en el diario El Nacional el 18 de septiembre (2008), las cifras de la Comisión de Administración de Divisas revelan que entre enero y el 9 de septiembre de ese año se autorizaron 3,21 millardos de dólares para la importación de alimentos, la cifra anterior supera en un 104% la cifra del mismo período del año pasado. El gobierno explica tal aumento alegando el incremento en los precios de los productos importados.
En el mismo artículo se expresa que según el Director de Datanálisis para la fecha, Luis Vicente León, la mejoría en los índices de abastecimiento en Venezuela es producto de las importaciones y no de la producción nacional, la cual también se ha incrementado pero no en la medida requerida para cubrir nuestras necesidades.
Ante tal realidad, se hace necesario, pensar en nuevas estrategias, y revisar las ya existentes para corregir las fallas y dirigir efectivamente las acciones del sector; la seguridad y soberanía alimentaria de nuestro país dependen de ello. Dichas acciones deben estar orientadas al desarrollo de una nueva visión de competitividad que supere las concepciones de la misma basadas en la pugna, conflicto o rivalidad por una más efectiva donde se requiere ser productivo, pero además, se sensibilice la relación entre los competidores y se enaltezca la cooperación como una vía propicia para lograr el beneficio colectivo.
Al no cumplir las metas específicamente en este sector que nos concierne se esta irrespetando las directrices de las Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013 y el  Modelo Productivo Socialista que establecía en lo referente a la producción de alimentos, la base de la garantía de la seguridad alimentaria será el desarrollo rural integral cuyo alcance trasciende la actividad productiva agrícola, uno de cuyos componentes es la producción de alimentos. La visión de la agricultura no se restringe a lo alimentario, sino que incluye los cuatro subsectores: Vegetal, Animal, Forestal y Pesquero, y la actividad agrícola está llamada a cumplir un importante papel en la ocupación del territorio, la redistribución del ingreso y el aporte de otras materias primas a la industria, además tenia otros enunciados importantes como:
·         La soberanía alimentaria implica el dominio, por parte del país, de la capacidad de producción y distribución de un conjunto significativo de los alimentos básicos que aportan una elevada proporción de los requerimientos nutricionales de la población.
·         Para el desarrollo de la capacidad interna de producción de alimentos, aprovechando las capacidades propias del país, se elevará sustancialmente la inversión productiva en la agricultura y particularmente en materia de riego, saneamiento de tierras y vialidad rural.
·         Para compensar las desventajas propias de la actividad agrícola se tomarán acciones en el ámbito nacional y en las relaciones internacionales. Entre tales desventajas están la rigidez estructural de la oferta agrícola, la estructura agroindustrial concentrada como demandante de materias primas y proveedora de bienes de consumo intermedio y final, los subsidios a la producción que utilizan los principales países exportadores y el sesgo importador que se introduce por la abundancia relativa de divisas del país.

Referencias bibliográficas

Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación para el período 2007 – 2013, Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información, Caracas, Septiembre 2007.

Informe mensual de precios de los alimentos en América Latina y el Caribe - Marzo de 2014, http://www.rlc.fao.org/es/temas/hambre/precios/mensual/

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 1999
Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica de Seguridad y soberanía Agroalimentaria, Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela  No. 5.889 Extraordinario de fecha 31 de Julio de 2008.

Yuneska Nava Vásquez, Estrategias para lograr la Soberanía Alimentaria en Venezuela,  http://www.publicaciones.urbe.edu/index.php/telos/article/viewArticle/1324/3658

 



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