El Acoso laboral,
conocido frecuentemente a través del termino ingles mobbing (asediar, acosar,
acorralar en grupo"), el padre del acoso laboral, el psiquiatra alemán,
radicado en Suecia, Heinz Leymann, definió el acoso como “un fenómeno
en la que una persona o grupo de personas ejercen una violencia psicológica extrema,
de forma sistemática y recurrente (como media una vez por semana) y durante un
tiempo prolongado (más de seis meses) sobre otra persona o personas, respecto
de las que mantiene una relación asimétrica de poder, en el lugar de trabajo
con la finalidad de destruir las redes de comunicación de la víctima o
víctimas, destruir su reputación, perturbar el ejercicio de sus labores y
lograr que finalmente esa persona o personas acaben abandonando el lugar de
trabajo”.
Por su
parte Piñuel y Zabala, define el mobbing como aquel acoso que se
produce en un entorno laboral “con el objetivo de intimidar, apocar,
reducir, aplanar, amedrentar y consumir emocional e intelectualmente a la
víctima, con vistas a eliminarla de la organización o a satisfacer la necesidad
insaciable de agredir, controlar y destruir que suele presentar el hostigador,
que aprovecha la situación que le brinda la situación organizativa particular
(reorganización, reducción de costes, burocratización, cambios vertiginosos,
etc.) para canalizar una serie de impulsos y tendencias psicopáticas”.