martes, 29 de abril de 2014

MI ENCUENTRO CON GABO


En mis andanzas por el mundo, en mi etéreo andar, conocí a Macondo y me topé con el Gabo. En  su pueblo  pintoresco  seguía con sus graves problemas económicos  y los índices de pobreza se medían por varas, Aracataca y Tinaco eran apenas unos caseríos si lo comparamos con ese pueblo.  
En mi realismo mágico, me vino  la idea que la muerte sólo existe físicamente y que lo espiritual transciende a través del tiempo, esto lo aprendí del mandamás de los gitanos de Macondo, un tal Melquiades que me presento Gabo, éste es practicante de la alquimia, de La sinestesia y con brebajes que servían para lograr la vida eterna y no lo que menciona la Biblia sobre las dos muertes.

En el libro El Código Sagrado de los Gitanos dice: Melquiades repetía que en el resultado del pecado de Adán, recibimos castigos en el aspecto físico como  en el espiritual. Pero no sabemos lo suficiente acerca de la condición de Adán antes de la caída como para hablar de ella. Si su cuerpo era semejante al nuestro, sería mortal; de lo contrario, no tenemos forma de saber cómo era, ni si era o no mortal; pero cuando profundizaba sobre los metafísico Melquiades repetía en sus letanías, que en sus libros nos dejaba sagradas escrituras que nos dicen a la gente como nosotros  que la distinción entre el pasado, el presente y el futuro es sólo una ilusión obstinadamente  persistente.
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