No tenemos Soberanía ni
seguridad alimentaria, el desabastecimiento de alimentos y productos de primera
necesidad ronda el 30%, es notable y muy
sentida por los venezolanos la pérdida del poder adquisitivo del salario,
ocasionando un deterioro en el nivel de vida. El Salario Mínimo Nacional está
en 3270 bolívares y la canasta
alimentaria básica para el mes de febrero se ubicó en Bs 8.940, 93, por lo que
se necesitan 3 salarios mínimos para cubrir su adquisición. Más a todas estas calamidades hay que agregar que
terminamos el año 2013 con la mayor inflación del mundo. Nuestro país cerró el
año con una inflación acumulada de 56,2% según las cifras del Banco Central deVenezuela (BCV). Pero de acuerdos a otros indicadores y la realidad de las amas
de casas y de los venezolanos que compramos en los supermercados, mercados
periféricos y buhoneros especuladores, la inflación fue mayor y adquirieron los
productos de bienes y servicios a mayores precios.
Según estadísticas difundida por la
FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación, indica que los
precios de los alimentos en Venezuela se incrementaron en 74,5%; con una
inflación general de 57,4% en un año de febrero de 2013 a febrero de 2014.
Venezuela es
deficitaria en alimentos, por tal motivo la soberanía alimentaria no es
solamente una aspiración legal, sino una necesidad en una coyuntura donde esta
carencia les genera una debilidad ante los países desarrollados y los
organismos multilaterales.
Según la FAO, varios
países latinoamericanos aprobaron leyes de seguridad y soberanía alimentaria.
Venezuela en el 2008 aprobó la Ley Orgánica de Seguridad y Soberanía
Agroalimentaria, que tiene por objeto “garantizar la seguridad y soberanía
agroalimentaria, en concordancia con los lineamientos, principios y fines
constitucionales y legales en materia de seguridad y defensa integral de la
Nación, sin perjuicio de las disposiciones contenidas en la ley que regula las
tierras y el desarrollo agrario”
Asimismo, la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela plantea dos componentes
básicos entre los derechos irrenunciables de la Nación enunciados en el Artículo
1°, como son la soberanía y la seguridad agroalimentaria. Señala la Exposición
de Motivos del texto constitucional lo siguiente:
“La actividad de producción de alimentos queda
establecida como esencial para el país, consagrándose el principio de la
seguridad alimentaria en función del acceso oportuno y permanente de alimentos
por parte de los consumidores.”
Nuestro país
económicamente depende primordialmente de la renta petrolera, de las productos
que exportamos el petróleo constituye el 96.4%, esto ha ocasionado que se hayan
descuidado otros sectores importantes como el agroalimentario, ahora nos
enfrentamos a una crisis en dicho sector que se ha evidenciado en el
desabastecimiento de una gran cantidad
de alimentos de la cesta básica.
El gobierno en materia
económica debe revisarse, más en lo que tiene que ver con el sector
agroalimentario que prácticamente han abandonado la producción para convertir
al país en un importador de alimentos, en una agricultura de puertos. Hay que
incentivar la producción nacional, desarrollando la capacidad interna, el
gobierno debe incrementar la inversión productiva en la agricultura y de manera
específica en lo referente al riego, saneamiento de tierras y vialidad rural.
Con acciones como esas entre muchas otras se pretende mejorar la calidad de
vida de los campesinos, ya que su labor representa el ícono de algo tan vital
para el desarrollo de un país como lo es la garantizar la soberanía alimentaria
a su población.
En los últimos quince
años han pasado por el Ministerio para Agricultura
y Tierras, nueve ministros y dos que han repetido. La mayoría con gestiones
grises y pocos éxitos y corresponsable del desastre agroalimentario.
Olvidándose del Texto
Constitucional, según lo dispuesto en la
Constitución Nacional (1999) en su artículo N 305 que el Estado
promoverá la agricultura sustentable como base estratégica del desarrollo rural
integral a fin de garantizar la seguridad alimentaria de la población.
En Venezuela, no ha sido posible
garantizar sino a través de importaciones el abastecimiento de los alimentos
hasta de primera necesidad, tal realidad se agrava aún más cuando a esos
alimentos importados no tiene acceso toda la población del país, debido a sus
elevados precios. Por lo tanto, no es posible hablar de seguridad ni de
soberanía alimentaria, entendiendo que el concepto de soberanía es más amplio
que el de seguridad, puesto que implica más que garantizar a la población el
acceso, intercambio y distribución equitativa de los alimentos, el dominio por
parte del país de la capacidad de producción y distribución de un conjunto de
alimentos básicos (PROVEA, 2001-2002).
Desafortunadamente, se ha esperado que la crisis se agudice para
emprender acciones que permitan enfrentarla con la esperanza de poder
superarla, aunque se conoce que tal fin de alcanzarse será de mediano a largo
plazo y debe ser producto de la educación de la población sin distinciones
políticas.
A pesar de las acciones
emprendidas por el gobierno nacional, el sector agroalimentario aun presenta
diversos problemas que van desde las actividades del campo hasta la
distribución de los productos finales a lo largo y ancho de nuestro territorio,
lo cual frena el desarrollo competitivo del sector.
Actualmente en Venezuela se
deben enfrenar situaciones poco favorables como: a) un marco legal en constante
cambio, lo cual genera inseguridad a presentes y futuros o posibles
inversionistas; b) una crisis eléctrica que repercute en los niveles de
producción y disminuye la eficiencia de las operaciones, c) fuertes controles
de precios de los alimentos de la cesta básica, d) amenazas constantes de
expropiación de tierras y establecimientos, y e) descontento y desconfianza por
una parte importante de la población en relación con las medidas empleadas por
el gobierno nacional.
Situaciones como las
anteriormente mencionadas permiten comprender porque la producción nacional
actual no satisface la demanda, razón por la cual las importaciones aun
predominan en el sector. A partir de lo anterior no podemos decir que hemos
logrado la soberanía alimentaria en Venezuela, ni siquiera se puede afirmar con
certeza que contamos con seguridad alimentaria.
Según lo publicado en el diario
El Nacional el 18 de septiembre (2008), las cifras de la Comisión de
Administración de Divisas revelan que entre enero y el 9 de septiembre de ese
año se autorizaron 3,21 millardos de dólares para la importación de alimentos,
la cifra anterior supera en un 104% la cifra del mismo período del año pasado.
El gobierno explica tal aumento alegando el incremento en los precios de los
productos importados.
En el mismo artículo se expresa
que según el Director de Datanálisis para la fecha, Luis Vicente León, la
mejoría en los índices de abastecimiento en Venezuela es producto de las
importaciones y no de la producción nacional, la cual también se ha
incrementado pero no en la medida requerida para cubrir nuestras necesidades.
Ante tal realidad, se hace
necesario, pensar en nuevas estrategias, y revisar las ya existentes para
corregir las fallas y dirigir efectivamente las acciones del sector; la
seguridad y soberanía alimentaria de nuestro país dependen de ello. Dichas
acciones deben estar orientadas al desarrollo de una nueva visión de
competitividad que supere las concepciones de la misma basadas en la pugna,
conflicto o rivalidad por una más efectiva donde se requiere ser productivo,
pero además, se sensibilice la relación entre los competidores y se enaltezca
la cooperación como una vía propicia para lograr el beneficio colectivo.
Al no cumplir las metas
específicamente en este sector que nos concierne se esta irrespetando las
directrices de las Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico
y Social de la Nación 2007-2013 y el Modelo
Productivo Socialista que establecía en lo referente a la producción de
alimentos, la base de la garantía de la seguridad alimentaria será el
desarrollo rural integral cuyo alcance trasciende la actividad productiva
agrícola, uno de cuyos componentes es la producción de alimentos. La visión de
la agricultura no se restringe a lo alimentario, sino que incluye los cuatro
subsectores: Vegetal, Animal, Forestal y Pesquero, y la actividad agrícola está
llamada a cumplir un importante papel en la ocupación del territorio, la
redistribución del ingreso y el aporte de otras materias primas a la industria,
además tenia otros enunciados importantes como:
·
La soberanía alimentaria implica el dominio, por
parte del país, de la capacidad de producción y distribución de un conjunto
significativo de los alimentos básicos que aportan una elevada proporción de
los requerimientos nutricionales de la población.
·
Para el desarrollo de la capacidad interna de
producción de alimentos, aprovechando las capacidades propias del país, se
elevará sustancialmente la inversión productiva en la agricultura y
particularmente en materia de riego, saneamiento de tierras y vialidad rural.
·
Para compensar las desventajas propias de la
actividad agrícola se tomarán acciones en el ámbito nacional y en las
relaciones internacionales. Entre tales desventajas están la rigidez
estructural de la oferta agrícola, la estructura agroindustrial concentrada
como demandante de materias primas y proveedora de bienes de consumo intermedio
y final, los subsidios a la producción que utilizan los principales países
exportadores y el sesgo importador que se introduce por la abundancia relativa
de divisas del país.
Referencias bibliográficas
Líneas Generales
del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación para el período 2007 –
2013, Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información,
Caracas, Septiembre 2007.
Informe mensual de precios de los alimentos en América Latina y el Caribe
- Marzo de 2014, http://www.rlc.fao.org/es/temas/hambre/precios/mensual/
Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, 1999
Decreto con Rango,
Valor y Fuerza de Ley Orgánica de Seguridad y soberanía Agroalimentaria, Gaceta
Oficial de la República Bolivariana de Venezuela No. 5.889 Extraordinario de fecha 31 de Julio
de 2008.
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