En el año de 1993 la Asamblea
General de las Naciones Unidas en resolución
A/RES/47/193 acordó que el 22 de marzo
de cada año fue declarado DÍA MUNDIAL DEL AGUA, invitándose a los diferentes
Estados a consagrar este día, en el marco del contexto nacional, a la
celebración de actividades concretas como el fomento de la conciencia pública a
través de la producción y difusión de documentales y la organización de
conferencias, mesas redondas, seminarios y exposiciones relacionadas con la
conservación y desarrollo de los recursos hídricos así como con la puesta en
práctica de las recomendaciones de la Agenda 21. Así el 22 de marzo de cada año
se celebra el Día Mundial del Agua,
una conmemoración promovida por Naciones Unidas con el fin de destacar la
importancia de la correcta gestión de los recursos hídricos. En 2014, el tema central será agua y energía. El elemento fundamental del
planeta azul vuelve a ser protagonista después de que 2013 fuera el Año Internacional de la Cooperación en la Esfera del Agua.
El agua no solo es la base de
nuestra alimentación. Todos conocemos la cantidad que nuestro cuerpo requiere
que bebamos cada día, entre 2 y 4 litros dependiendo de la persona.
Además, los alimentos que
consumimos a lo largo de 24 horas gastan entre 2000 y 5000 litros en
su producción. Eso sin contar la ropa, los objetos que utilizamos.
Y por supuesto, la energía que disfrutamos. Se estima
que el 75% del agua de uso
industrial está destinada a la generación de energía, que a su vez se
invierte en producir bienes y servicios. Por lo tanto, las actividades que
realizamos, los productos que consumimos, las herramientas que utilizamos, la
ropa que llevamos… el consumo diario de agua de una persona aumenta cada minuto
del día.
Una correcta gestión de los recursos hídricos pasa
por el consumo responsable, seguro que todos podríamos enumerar una serie de
consejos para ahorrar agua en el hogar, que
hemos ido aprendiendo a lo largo de los años, sobre todo en zonas de habituales sequías o con escasa
disponibilidad. A estos hay que sumarles aquellos para ahorrar energía, que
también supondrán una reducción del consumo del líquido elemento.
Pero no solo hay que ser eficiente en el hogar. Es
primordial acabar con la insana
costumbre de gastar fuera lo que ahorramos en casa. De acuerdo que el
beneficio económico a nivel personal se produce en nuestra casa y que no nos
van a subir la cuota del gimnasio por malgastar el agua de la ducha ni nos
bajarán el sueldo por encender las luces de la oficina en pleno día.
Sin embargo, en términos de consumo global y de recursos del planeta, el efecto es el
mismo o incluso peor, ya que la falta de tacto al gastar aguas o
energías “que no son nuestras” es notable y los litros que podamos salvaguardar
en el ámbito doméstico solo cubrirán una parte de lo que derrochemos en una
situación laboral o de ocio.
El consumo industrial de agua es más del doble del
doméstico, por lo que el ahorro de energía y, por consiguiente, del agua que se
utiliza en su producción puede ser tanto o más importante que el ahorro directo
(que, por supuesto, no hay que descuidar). Ya sea responsabilidad nuestra o
no, la eficiencia
energética es una de las bases
para mantener los recursos hídricos del planeta.
Este año 2014, la
Organización de las Naciones Unidas - en estrecha colaboración con sus Estados miembros y otras partes interesadas –
hacen énfasis en el nexo agua-energía, abordando en particular las
desigualdades, especialmente para una gran parte de la población que vive en
barrios marginales y zonas rurales empobrecidas sin acceso al agua potable, al
saneamiento adecuado, alimentos suficientes y los servicios energéticos.
También tiene como objetivo facilitar el desarrollo de políticas y marcos
transversales de políticas que tengan por objetivo la seguridad energética y el
uso sostenible del agua en lo que se conoce como economía verde o energía
sustentable. Se prestará especial atención a la identificación de las mejores
prácticas para el uso del agua y la eficiencia energética, para hacer que la
llamada “industria verde” sea una realidad.
El Día Mundial del
Agua trata de lo que se va a hacer a partir del año 2014 para promover
prácticas sostenibles en el ámbito de agua y energía. Los mensajes clave que
figuran a continuación podrán ser utilizados como base para ayudar a encuadrar
y diseñar las actividades y mensajes por el día.
1. El agua requiere energía y la energía
requiere de agua
El
agua es necesaria para producir casi todas las formas de energía. La energía es
necesaria en todas las etapas de extracción de agua, el tratamiento y la
distribución.
2. Los suministros son limitados y la demanda
es cada vez mayor
La
demanda de agua dulce y energía seguirá aumentando significativamente en las
próximas décadas. Este aumento presentará grandes desafíos y los recursos de
deformación en casi todas las regiones, especialmente en el desarrollo y las
economías emergentes.
3. El ahorro de energía es el ahorro de agua.
Ahorrar agua significa un ahorro de energía
Las
opciones relativas a la oferta, la distribución, el precio, y el uso de agua y
energía y los impactos entre sí.
4. El sector más pobre de la población
necesita urgentemente el acceso a los servicios tanto de agua y saneamiento
como de electricidad
A
nivel mundial, 1,3 mil millones de personas no tienen acceso a la electricidad,
768 millones de personas carecen de acceso a fuentes mejoradas de agua potable
y 2,5 mil millones de personas no tienen acceso a servicios de saneamiento. El
agua y la energía tienen impactos importantes sobre el alivio de la pobreza.
5. Una mejor eficiencia en el uso del agua y
la energía es tan imprescindible como son las políticas coordinadas, coherentes
y concertadas
Una
mejor vinculación entre los sectores de agua y energía mejorará la coordinación
en materia de energía y planificación del uso del agua, dando lugar a la
reducción de ineficiencias. Quienes diseñan políticas, los planificadores y los
profesionales pueden tomar medidas para superar las barreras que existen entre
sus respectivos dominios. Se necesitan políticas nacionales innovadoras y
pragmáticas que pueden conducir a una mayor eficiencia y una prestación de los
servicios de agua y energía efectivas en cuanto a sus costos.
Las principales celebraciones del Día Mundial del Agua 2014
serán organizadas por la Universidad de las Naciones Unidas (UNU) y la
Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) en
nombre de ONU-Agua los 20-21 de marzo de 2014 y llevarán a cabo en la sede de
la UNU en Tokio, Japón.
La energía hidroeléctrica es electricidad generada aprovechando la
energía del agua en movimiento. La lluvia o el agua de deshielo, provenientes
normalmente de colinas y montañas, crean arroyos y ríos que desembocan en el
océano. La energía que generan esas corrientes de agua puede ser considerable,
como sabe cualquiera que haya hecho descenso de rápidos.
Este tipo de energía lleva años explotándose. Los agricultores, desde la
Grecia antigua han utilizado molinos de agua para moler trigo y hacer harina.
Localizados en los ríos, los molinos de agua recogen el agua en movimiento en
cubos situados alrededor del molino. La energía cinética del agua en movimiento
gira el molino y se convierte en la energía mecánica que mueve el molino.
A finales del siglo XIX, la energía hidroeléctrica se convirtió en una
fuente para generar electricidad. La primera central hidroeléctrica se
construyó en Niagara Falls en 1879. En 1881, las farolas de la ciudad de
Niagara Falls funcionaban mediante energía hidroeléctrica. En 1882, la primera
central hidroeléctrica del mundo comenzó a funcionar en Estados Unidos en
Appleton, Wisconsin.
Una central hidroeléctrica clásica es un sistema que consiste en tres
partes: una central eléctrica en la que se produce la electricidad; una presa
que puede abrirse y cerrarse para controlar el paso del agua; y un depósito en
que se puede almacenar agua. El agua de detrás de la presa fluye a través de
una entrada y hace presión contra las palas de una turbina, lo que hace que
éstas se muevan. La turbina hace girar un generador para producir la
electricidad. La cantidad de electricidad que se puede generar depende de hasta
dónde llega el agua y de la cantidad de ésta que se mueve a través del sistema.
La electricidad puede transportarse mediante cables eléctricos de gran longitud
hasta casas, fábricas y negocios.
La energía hidroeléctrica proporciona casi un quinto de la electricidad
de todo el mundo. China, Canadá, Brasil, Estados Unidos y Rusia fueron los
cinco mayores productores de este tipo de energía en 2004. Una de las centrales
hidroeléctricas de mayor tamaño del mundo se encuentra en los Tres Cañones
sobre el río Yangtsé de China. El depósito de estas instalaciones empezó a
llenarse en 2003, pero no se espera que la central esté en pleno funcionamiento
hasta 2009. La presa mide 2,3 kilómetros de ancho y 185 metros de alto.
La central hidroeléctrica de mayor tamaño de los Estados Unidos se
encuentra junto a la presa Grand Coulee, sobre el río Columbia, en la zona
norte del estado de Washington. Más del 70 por ciento de la electricidad
producida en este estado proviene de centrales hidroeléctricas.
La energía hidroeléctrica es la que genera electricidad de forma más
barata en la actualidad. Esto se debe a que, una vez que la presa se ha
construido y se ha instalado el material técnico, la fuente de energía (agua en
movimiento) es gratuita. Esta fuente de energía es limpia y se renueva cada año
a través del deshielo y las precipitaciones.
Además, este tipo de energía es fácilmente accesible, ya que los
ingenieros pueden controlar la cantidad de agua que pasa a través de las
turbinas para producir electricidad según sea necesario. Lo que es más, los
depósitos pueden ofrecer oportunidades recreativas, tales como zonas de baño y
de paseo en barca.
Sin embargo, la construcción de presas en los ríos puede destruir o
afectar a la flora y la fauna y otros recursos naturales. Algunos peces, como
el salmón, podrían encontrarse con la imposibilidad de nadar río arriba para
desovar. Las últimas tecnologías, como las escaleras de peces, ayudan a los
salmones a pasar por encima de las presas y a entrar en zonas de desove a
contracorriente, pero la presencia de las presas hidroeléctricas cambia sus
patrones migratorios y perjudica a las poblaciones de peces. Las centrales
hidroeléctricas también pueden provocar la disminución de los niveles de
oxígeno disuelto en el agua, lo que resulta dañino para los hábitats fluviales.
Fuentes
jlrlinares@gmail.com
Para nadie es un secreto que el agua potable es uno de esos recursos imprescindibles que se ha convertido en un problema en diversas regiones. La escasez del vital recurso, la ubicación remota y alejada de sistemas de acueductos hacen que el acceso al agua sea un verdadero privilegio. En estos casos, un sistema de captación de agua de lluvia se convierte en una opción que puede ayudar a mejorar la calidad de vida guardnadola en un deposito agua para riego.
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